martes, 1 de septiembre de 2009

El ball dels Diables - El baile de los Diablos

El Ball de Diables, (Baile de diablos) protagonista por excelencia de las fiestas de fuego, hay que considerarlo como una manifestación tradicional dentro del contexto folclórico y popular.
Sus orígenes se pierden en las épocas de oscuridad medieval y entroncan el teatro callejero, tan popular a lo largo de nuestro país en este periodo histórico.

Las primeras noticias escritas según “Joan Amades”, están fechadas del 1150 en Barcelona, con el motivo de la boda de Ramón Berenguer IV con la princesa Peronella. Los anales de la época lo señalaban como una representación de la lucha de unos diablos contra unos ángeles dirigidos por el Arcángel Sant Miquel. Un testimonio, citado en el libro de las Solemnidades de Barcelona y fechado del año 1423 los sitúa en la conmemoración de la llegada del rey Alfonso V de Aragón procedente de Nápoles, El texto hace referencia a la representación de un combate de Sant Miquel y sus ángeles, contra unos diablos capitaneados por Lucifer.

La figura del diablo se encuentra unida a los orígenes de los bailes hablados. Se trata de un personaje que inicialmente no tiene nada que ver con la obra representada, llamada Acto Sacramental, pero que colocándose en medio hace reír con sus actividades, tiene un origen
incierto y su significado levanta controversias, de cualquier manera probable que, en la edad mediana la obra teatral se integraba en el cortejo de la procesión de Corpus. En esa obra se escenifica la lucha del bien y del mal, y donde evidentemente, sale ganando el bien representado por un ángel.

La procesión de Corpus, que había estado el acto ciudadano de mas resonancia representativa, constituyo la integración de toda una serie de elementos dispersos,con tal de dar un fastuoso espectáculo de calle. Durante la procesión se representaban cuadros de la historia sagrada como el clásico enfrentamiento entre el bien y el mal, protagonizado por las figures de Sant Jordi o Sant Miquel y el Drac (Dragón) o Diables. Estas representaciones (inspiradas en entremeses cortesanos) fueron prohibidas por el carácter irreverente que fueron tomando y solo perduraron algunos de sus elementos, como la comparsa de demonios que había acompañado el entremés de el infierno el dragón, los gigantes, la mulasa, el águila, etc. es muy posible que la iglesia englobase el sentido múltiple y el simbolismo de los diferentes animales añadidos a la fiesta eucarística bajo el calificativo genérico de los demonios, y que la simulación de su muerte por parte de Sant Miquel y de los ángeles siempre se escenifica con una gran explosión de fuegos artificiales.

En la tradición del Baile de Diablos se pueden diferenciar tres épocas. Una primera se caracteriza por un papel más protocolario, mientras que a partir de la Guerra del Francés se adopto un papel
más lúdico. Ahora bien, es a partir de la recuperación de fiestas populares de los años ochenta, que esta se vive como un acto plenamente festivo y popular.

En síntesis, el baile de diablos es una representación del bien contra el mal. Actualmente, esta lucha se ha plasmado en una oratoria de versos o parlamentos con una fuerte carga irónica y de
crítica hacia los poderes fácticos locales.


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