domingo, 21 de marzo de 2010

Leyenda "Meleagro"

De Eneo tuvo Altea otro hijo, Meleagro, al que algunos afirman concibió de Ares. Cuentan que cuando éste cumplió siete días se presentaron las Moiras y anunciaron que Meleagro moriría cuando se consumiera por completo el tizón que ardía en el hogar. En cuanto Altea oyó esto, recogió el tizón y lo guardó en un arcón. Sin embargo, Meleagro, que se había hecho un hombre invunerable y apuesto pereció de la siguiente forma: cuando Eneo ofreció a todos los dioses las primicias de los frutos habidos durante el año en la comarca, se olvidó tan sólo de Aternis, y ella, llena de ira, envió un jabalí de tamaño y fuerza extraordinarios que dejaba yerma la tierra y aniquilaba los ganados y a todo ser con el que se encontraba. Contra este jabalí Eneo convocó a todos los campeones de la Hélade y proclamó que a quien lograra dar muerte a la fiera, le concedería en premio su piel. Los que se reunieron para dar caza al jabalí eran los siguientes: Meleagro, hijo de Eneo, y Driante, hijo de Ares, estos dos de Calidón; Idas y Linceo, hijos de Afareo, de Mesenia, Cástor y Pólux, hijos de Zeus y Leda, de Lacedemonia; Teseo, hijo de Egeo, de Atenas; Admeto, hijo de Feres, de Feras; Anceo y Cefeo, Hijos de Licurgo, de Arcadia; Jasón, hijo de Esón, de Yolco; Ificles, hijo de Anfitrión, de Tebas; Pirítoo, hijo de Ixión, de Larisa; Peleo, hijo de éaco, de Ftía; Telamón, hijo de éaco, de Salamina; Euritión, hijo de Actor, de Ftía; Atalanta, hija de Esqueneo, de Arcadia; Anfiarao, hijo de Oícles, de Argos; con éstos también estaban los hijos de Testio. Una vez reunidos, Eneo les brindó hospitalidad durante nueve días; pero al décimo, aunque Cefeo, Anceo y algunos otros rehusaban partir hacia la cacería en compañía de una mujer, Meleagro, que, pese a tener por esposa a Cleopatra, hija de Idas y Marpesa, quería hacer el amor también con Atalanta, les obligó a partir de cacería con ella. Cuando tenían rodeado al jabalí, Hileo y Anceo perecieron a manos de la fiera y Peleo hirió con la jabalina sin querer a Euritión. Atalanta fue la primera que con sus flechas alcanzó al jabalí en el lomo y Anfiarao el segundo, en un ojo; pero Meleagro logró acabar con él hiriéndole en el flanco y, tomando la piel, se la regaló a Atalanta. Los hijos de Testio consideraron inaceptable que una mujer obtuviera el premio habiendo varones y le arrebataron la piel, aduciendo que les correspondía por parentesco si Meleagro prefería no tomarla. Pero Meleagro, llevado por la ira, mató a los hijos de Testio y entregó la piel a Atalanta. Altea, llena de pesadumbre por la muerte de sus hermanos prendió fuego al tizón y de inmediato meleagro pereció.

No obstante algunos dicen que Meleagro no murió de ese modo, sino que mientras los hijos de Testio disputaban por la piel, ya que a su juicio Ificles había sido el primero en alcanzarlo, estalló una guerra entre los Curetes y los calidonios; al irrumpir allí Meleagro y matar a alguno de los hijos de Testio, Altea lanzó contra él una maldición y éste, irritado, se quedó en casa; pero cuando los enemigos se aproximaron a las murallas y le suplicaron los ciudadanos que acudiera en su ayuda, dejándose a duras penas persuadir por su esposa, salió y, tras matar a los restantes hijos de Tesio, pereció en la batalla. Después de la muerte de Meleagro, Altea y Cleopatra se ahorcaron y las mujeres que plañían ante su cadaver quedaron convertidas en aves.

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